No hace falta comprar un perro con pedigrí; basta con adoptar cualquier mascota y establecer con ella una relación de responsabilidad y afecto. A partir de ahí conseguirá muchos beneficios. Para empezar, la compañía de perros y gatos es buena en todas las etapas de la vida. Estos animales nos aportan un sinfín de valores: son fieles, cariñosos, responden siempre de la misma manera y son incapaces de juzgar a sus amos. Se ha demostrado que ofrecen mucho más que simple compañía: son magníficos terapeutas.
Quizá muchos piensen que se trata de una exageración, pero los expertos en terapia asistida con animales aseguran que relacionarse con ellos garantiza una mayor esperanza de vida. Ya en 1980, la revista Public Health Reports publicó el primer estudio comparativo de¡ valor terapéutico de las mascotas. En él se ponía de manifiesto que, prácticamente el 100% de las personas que habían sufrido un ataque cardíaco y cuidaban de un animal, seguían vivos un año después. En cambio, entre aquellos pacientes coronados que no tenían animales, un 30% no superaban el primer año.
En 1990 la Fundación Purina presentó formalmente en España lo que se conoce como Terapia Asistida por Animales de Compañía (TAAC). La acogida en nuestro país fue magnifica, de tal manera que se decidió organizar congresos para valorar los resultados obtenidos con esta terapia, Con tal propósito está previsto que, los días 26 y 27 de abril de 2001, se celebre en Madrid el "V Congreso Internacional: Animales de compañía, fuente de salud". En él se darán cita todos los profesionales que trabajan con animales a nivel terapéutico.
Frente al aislamiento, a la soledad, al individualismo reinante, responsabilizarse de un perro o de un gato resulta muy reconfortante y beneficioso. "Con el predominio e Los amantes de los animales conocen, o al menos intuyen, los beneficios que obtienen con su compañía. Pero si usted no siente mucha atracción hacia las mascotas, debe saber al menos que son una fuente inagotable de salud. De hecho, se ha demostrado científicamente que vivir con un perro o un gato constituye el mejor remedio para infinidad de males, e incluso puede contribuir a prolongar la esperanza de vida..la vida urbana, hemos olvidado lo importante que es para el ser humano relacionarse con la naturaleza. Por eso, el hecho de adoptar una mascota de cuidarla, de alimentarla, de sacarla a pasearla se convierte en una actividad que nos ayuda a recuperar parte de¡ equilibrio perdido, asegura María Dolores Torner, directora de la Fundación Purina.
En España se están aplicando técnicas de asistencia con animales en diversos colectivos: Desde ancianos que viven en residencias, a enfermos de Alzheimer o que padecen demencia senil. También hay un programa que trabaja con niños enfermos o que presentan alguna deficiencia. Se ha demostrado que la relación con animales aporta una significativa mejoría en niños autistas, en hiperactivos, en disminuidos psíquicos, en sordos y hasta en niños con un historia¡ de malos tratos.
Siempre se ha dicho que criarse con un perro es una experiencia muy valiosa. Los niños se responsabilizan, establecen lazos afectivos, aprenden desde pequeños a responder defenderla naturaleza... Pero particularmente en el caso de niños con problemas psicológicos o emocionales, la mascota puede jugar el determinante papel de ser el que le conduzca al mundo real. Un perro juguetea con su pequeño amo, le persigue incansablemente, le tira de la pernera de su pantalón las veces que haga falta hasta que consigue captarsu atención. Es casi imposible encontrar a un terapeuta que se aplique con tanta entrega y paciencia a la tarea de conectar con niños que viven situaciones de aislamiento. Está científicamente demostrado: la terapia asistida con animales en niños autistas aumenta su respuesta Social.
Aunque las conclusiones no son de terminantes, ya se puede adelantar que los internos que cuidan de sus mascotas mejoran considerablemente sus relaciones dentro de los centros y avanzan con más ahínco por el camino de la reinserción.
En el campo de la geriatría, se ha constatado que la preesencia de un animal reduce considerablemente los sentimientos que atenazan a gran parte de la población en vejecida: la tristeza, la ansiedad, la depresión o la soledad. Por el contrario, los animales de compañía propician que las personas de la tercera edad se sientan más animadas, motivando una mejor comunicación con las personas de su entorno.
A principios de los años 90 se elaboró un informe en EEUU, en el que se ponía de manifiesto algo realmente llamativo: los ancianos que viven con mascotas visitan menos a su médico de cabecera ?un dato que demuestra que se sienten mejor y están menos preocupados por su salud que aquellos que dan la espalda a los animales. Ante episodios tan dramáticos como que darse viudos, los ancianos que viven con una mascota aseguran que para ellos ha sido una razón de peso para amarrarse a la vida. Además, los médicos constatan que cuando un animal acompaña a un anciano con problemas de demencia senil, se mejora notablemente lo que se denomina comunicación intuitiva y emocional. Cuando la razón y el lenguaje se deterioran, el afecto puede convertirse en un canal que ayuda a mantener vivas las relaciones El anciano con su entorno. Uno de los descubrimientos más emotivos se ha conseguido con los enfermos de Alzheimer. Según recientes estudios, estos pacientes parecen sentirse reconfortados por la presencia de su mascota y, en general, se muestran más complacientes y sonríen más, sonríen más, y centran sus miradas cuando el perro o el gato se les acerca.
Por Carmen Aguilera. Revista Año Cero.
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